Reflexión #16: Arquitecturas en diálogo: El palacio de la Alhambra y el palacio de Carlos V

Arquitecturas en diálogo: El palacio de la Alhambra y el palacio de Carlos V


ARQU 4211-001 / Prof. Isado


Autores:

Gabriel A. Fontánez Rivera

Rubí Soto Ortiz 

Andrea S. Gómez Díaz 

Alexamarie Rodriguez Monge




        En el transcurso de este curso, se le ha dado gran énfasis al estudio de los modelos clásicos y su importancia en el estudio de la arquitectura. Sin embargo, ha habido pequeños instantes donde hemos podido explorar otros tipos de arquitectura que no responden a estos modelos, pero que son igual de válidos. Una de estas exploraciones fue el estudio de la arquitectura islámica con el estudio del palacio de la Alhambra, palabra de origen árabe que significa “castillo rojo”. El palacio de la Alhambra se encuentra en Granada, España, y fue construido para el año 1238. Este fue el hogar de la dinastía nazarí que dominó esta parte de la península ibérica entre el año 1232 y el 1492 y destaca por ser una de las reliquias de la arquitectura islámica más importantes que quedan en el territorio español. En la actualidad, dentro del complejo de edificios que conforman la Alhambra, se encuentra justo en su corazón el palacio de Carlos V, palacio de estilo renacentista encargado por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos V. Si bien este no lo llegó a habitar, ya que su construcción inició en el 1527, pero no se finalizó hasta el 1957, este destaca por ser uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista en España, al ser obra de Pedro Machuca, discípulo de Miguel Ángel. Como es de esperarse, cada uno de los palacios individualmente tiene un estilo y contexto histórico distinto; más juntos logran un diálogo interesante sobre la historia de España y el sincretismo cultural que hubo a causa del dominio de estas dos fuerzas políticas.

        La Alhambra, construida para el año 1238, fue el palacio y la fortaleza de la dinastía nazarí. Al analizarla destacan distintos elementos. Entre estos, la presencia de distintas fuentes y canales que cumplen con una función tanto práctica como ornamental. Suplen agua a la edificación, refrescan y riegan los distintos patios, pero también sirven de punto central para unir los distintos edificios y de grandes espejos. Por otro lado, la presencia de columnas delgadas, celosías, arcos de herradura y arcos apuntados, bóvedas con mocárabes, todo ornamentado con patrones geométricos y caligrafía, que salen de lo que disponen los cánones clásicos. Estos patrones geométricos son hechos utilizando una técnica islámica, llamada teselación, que consiste en repetir un patrón geométrico infinitamente sin dejar espacios, lo cual lograban haciendo uso de un procedimiento muy sistemático de círculos, retículas y líneas guías. Por otra parte, de estos elementos, es importante volver a destacar el uso de celosías que son un tipo de enrejado decorativo que permite la iluminación y la ventilación sin permitir el paso del calor.

        En cambio, al analizar el palacio de Carlos V, construido para el año 1527 y lo que se supone fuera su hogar, vemos una estructura renacentista que cumple con los cánones clásicos. No obstante, que se logra insertar de manera interesante en el corazón de la Alhambra, para demostrar el dominio español sobre el musulmán. La geometría del palacio es pura, un cuadrado que encierra en su mismo medio un círculo. En la misma, domina la simetría y la repetición de elementos como las columnas, el almohadillado de las fachadas, las ventanas cuadradas y circulares, el uso de piezas ornamentales de animales y símbolos reales y relieves para decorar las fachadas, logrando cierta armonía. Por otro lado, cuenta con un espacio central circular, con cierta similitud a precedentes clásicos como el Panteón de Roma. Lo único que este es completamente abierto y es más bien un patio interno que permite ventilar el edificio.

        Como fue mencionado, estas dos edificaciones, aunque con distintos estilos y contextos históricos, logran fusionarse de manera interesante. Pudiendo ser leídas hasta como una sola estructura en evolución que nos habla del pasado-presente-futuro de España. Es decir, dialogan sobre la historia de España y el dominio de lo que fue el imperio islámico y luego el paso al dominio del imperio español hasta su decadencia, que aunque con elementos culturales muy distintos, hubo cierto sincretismo que hasta hoy día es visible en el territorio. En aspectos como su lengua, gastronomía, agricultura, música, danza, costumbres, tradiciones, religión, etc.

        A pesar de esto, es posible hacer una comparativa en lo que son estos dos estilos de arquitectura. En cuestión a orden, el estilo islámico no es tan sistemático. No hay un orden determinado para como se ornamentan los espacios o se colocan elementos como columnas. Sin embargo, no se puede negar que existe una complejidad en como ornamentan utilizando la teselación. Mientras, el estilo renacentista es más sistemático existe un orden en como se ornamenta y colocan elementos como columnas. Por otro lado, en referencia al entendimiento del clima y como se adaptan a este, en la arquitectura islámica podemos ver la utilización de elementos como fuentes, patios y celosías para que los espacios se sientan frescos e iluminados. En cambio, en este ejemplo de arquitectura renacentista se puede ver cierto entendimiento del clima al contar con un espacio central completamente abierto que sirve de patio interior. En adición, en cuestión a la utilización de la arquitectura como símbolo de poder, la Alhambra en si es localizada en un espacio sumamente privilegiado, en la cima de una montaña que tiene vista hacia el poblado medieval granadino y encierra en ella un edén al que solo tenían acceso la dinastía nazarí, lo cual enmarca su poder económico, social y político. Mientras, el palacio de Carlos V se localiza justo en el corazón de la Alhambra y contrasta al tener una escala mayor al de los edificios vecinos, demostrando así la superioridad económica, social y política que luego tuvo el Sacro Imperio Germánico y el cristianismo al conquistar toda esta zona.

        En resumen, el análisis de la Alhambra y el palacio de Carlos V ha facilitado la exploración de los contrastes y sinergias entre dos estilos arquitectónicos tan emblemáticos. Aunque la Alhambra, con su abundante decoración islámica y componentes como las fuentes, las celosías y la teselación, representa el esplendor y la elegancia del mundo musulmán, el palacio de Carlos V, de estilo renacentista, exhibe el orden y la simetría tradicionales que definen la arquitectura europea de aquel período. Aunque difieren, ambos palacios consiguen unirse en un lugar que representa el sincretismo cultural y político de España, evidenciando la transición del control islámico al cristiano. Esta coexistencia de estilos no solo enfatiza la progresión histórica de la nación, sino que también demuestra cómo la arquitectura se transforma en un medio para relatar el poder, la influencia y las complejidades culturales de las diferentes eras.

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